Capítulo 07.
A la mañana siguiente, y como Jungkook lo prometió, estaba cerca de la casa del omega, sonríe al verlo cruzar la calle con un recipiente y un termo. El alfa baja y abre la puerta.
—Buenos días.
—Hola, Jungkook, ¿completamente seguro de que no interfiero en tu tiempo?
—Completamente, no te preocupes.
—Bien, gracias —sube al auto y se acomoda esperando a que pongan el cinto de seguridad, Jungkook toma su asiento en el lugar del piloto—. ¿Cómo te has sentido?
Jungkook le voltea a ver con una sonrisa, Jimin suspira entrecortado —Todo bien, me he sentido de maravilla, gracias por preguntar, ¿y tú?
—Mucho mejor, gracias —baja la vista a sus manos—. Tengo esto para ti, no tienes obligación de comerlo si no te gusta. Supuse que no desayunaste, así que te traje algo para comer... —balbucea nervioso.
El lobo de Jungkook aúlla fuerte, se regodea en su pecho, su omega le hace sentir cálido y querido.
—Eso es muy lindo, claro que me gustará, lo hiciste tú. Eres muy amable. ¿Tú comiste algo?
—Por la mañana no soy capaz de comer.
—En realidad yo también tengo algo para ti —señala los portavasos—. Es café caliente y en la bolsa hay un emparedado y algo de fruta. Ayer pase a una tienda por algo que Junhyun me pidió, vi una bandana para el cabello y no evitar pensar que sería perfecta para ti.
—Eso es muy lindo, gracias —suspira nervioso.
—Lamento si te sientes abrumado.
—No lo estoy es solo que es extraño, yo nunca he recibido tanto.
—Pues es una lástima, deberían hacerlo, eres una gran persona.
Ambos sonríen y Jungkook pone a andar el auto. En todo el trayecto Jimin no puede dejar de sonreír, la vida parece estar mucho mejor con la compañía del alfa a su lado.
Por un momento todos aquellos pensamientos intrusivos, estresantes y de preocupación se desvanecieron. Era realmente loco.
Jungkook es como su curita para el alma.
Su olor, su sonrisa, sus ojos, sus leves toques, era realmente como lluvia refrescante después de una prolongada sequía.
La voz del alfa lo saca de sus pensamientos —Si quieres puedes comer o bebe un poco de café, hace frío.
—Puedo derramar algo, mejor al llegar al hospital.
—No, no te preocupes, si se derrama algo lo limpiaré y listo —sonríe cálido.
Jimin con cuidado toma el vaso con café y cierra los ojos al percibir el aroma, da un pequeño sorbo y sonríe feliz.
—¿Te gustó?
—Sí, gracias, no tienes idea de cuanto lo amo.
Jungkook no es capaz de ocultar su enorme sonrisa dejando escapar tintes de su olor en el ambiente.
El silencio era cómodo, ambos se sentían gratos, al llegar al hospital Jungkook se apresura a ayudar a Jimin. Cabe decir que su alfa se sentía orgulloso y en cierta parte presumido al ver que el omega llevaba puesto el abrigo que le obsequió.
Pasan por la puerta principal, Jungkook espera a que Jimin realice todos sus asuntos tomando fichas y esperando reportes. Ve llegar a su hermano y este corre a saludarlo.
—Jungkook, por la luna, ¿dónde diablos estás metido?
—Hola, Junhyun, buenos días —él lo abraza y se aleja observándolo con curiosidad.
—¿Qué te sucede? Pareciera que no estuviste a punto de morir hace unos días, llamé a tu celular y no respondiste, así que logré contactarme con Hoseok, dice que llegaste a trabajar como si nada, ¿qué parte de reposo no entiendes maldito idiota?
—Oye cuida esa jodida boca tuya, maldición estamos en el hospital.
—Estás extraño, hueles bien, estás feliz y sonriente, ¿dónde diablos está mi hermano con cara de culo?
Junhyun espera alguna respuesta mordaz o sarcástica como las que Jungkook suele dar, se queda viendo como el rostro del alfa se ilumina y sigue la mirada de su hermano, y entonces logra entender todo.
Jungkook admira con devoción a Jimin que viene caminando con una enorme sonrisa en el rostro mientras saluda a los pacientes y pregunta si están bien.
—No puedo creerlo... —él chilla emocionado y se pone a su lado pasando una mano por su hombro—. Es muy lindo, Jungkook.
—Es obvio, mi alfa y yo estamos volviéndonos locos por él. Jimin es maravilloso.
—No puede ser... —él dramatiza con lágrimas en los ojos, porque sí, Junhyun era muy sentimental y sonriente, un rayo de luz—. Mi pequeño hermano encontró a su omega...
Jungkook tapa su boca cuando ve a Jimin acercarse, Junhyun tiene la expresión emocionada y con un puchero que denota que se pondrá a llorar. Es un profesional, sí, pero cuando se trata de su familia es una mata de sentimientos.
—Jimin... —Junhyun intenta acercarse y abrazarlo, pero Jungkook lo sujeta de la bata y lo hace para atrás evitando el contacto.
—Doctor, ¿se encuentra bien?
—Sí, diablos, me encuentro de lo mejor, ¿y tú? —pregunta con un brillo especial en los ojos.
—Bien —Jimin dirige su mirada a Jungkook, quien luce un poco burlesco, al parecer es la primera vez que el omega ve en ese estado a su hermano—. ¿Necesita algo? Llamo a Taehyung —pregunta con algo de preocupación.
—No, estoy bien, mejor que nunca. Solo saludaba a Jungkook y le decía que ahora está más guapo que nunca, ¿no crees?
Jimin baja la mirada algo avergonzado, Junhyun no se percata de la situación en que ha puesto al omega y continúa hablando —Ahora parece tener más luz, no lo sé, algo así como cuando alguien llega a tu vida y mejora tus días, justo como Taehyung conmigo, me pregunto si un lindo omega se apareció en la vida de mi hermanito y... Auch, Jungkook, ¿qué diablos sucede contigo? —pregunta sobando la piel que su hermano recién pellizcó.
—Silencio, Junhyun —él eleva la mirada y nota a Jimin un poco avergonzado o algo que se le parezca.
—No dije nada malo, solo que estás mucho más guapo y lindo, parece que brillas y tus ojos están resplandecientes, luces muy bien —dicta orgulloso y feliz, ver a Jungkook sufrir le ha pesado mucho en el corazón.
Jungkook teme que Jimin malinterprete la situación y que crea que hay otro omega o algo parecido y todo sería una confusión que...
—Lo está, aunque lo veo igual de bien desde el día que lo conocí... —dice y de inmediato se arrepiente, Jungkook sonríe y Junhyun lo ve con orgullo, Jimin se cubre el rostro totalmente avergonzado, ¿cómo diablos dijo eso de Jungkook frente a su hermano? ¡Frente a su jefe!
Jungkook se acerca a él y le da una sonrisa tranquilizadora, dejando salir su aroma para relajarlo —En eso difiero contigo Jimin, estoy mucho mejor después de que te conocí.
Jimin carraspea y traga fuerte —Tenemos que ir a... ir a poner tu dosis.
—Entonces, vamos —Jungkook sonríe y sigue al omega por el pasillo.
Junhyun se queda con la boca semiabierta, sintiéndose totalmente ignorado, sorprendido de que Jungkook vaya como cachorro siguiendo a Jimin para ponerse una inyección como si nada —Si claro... vayan sin mi, yo me quedaré aquí totalmente olvidado —bufa con una enorme sonrisa.
Después de que Jungkook recibiera su dosis, Jimin continúa con su ronda. A medio día Jimin se sonroja mucho cuando lo ve pasar por la puerta con bolsas con comida. Comparten el almuerzo y todo parece ir muy bien.
Jimin es un omega muy querido por muchos pacientes y algunos doctores. El 90% de las rondas es Junhyun quien está al mando, son pocas ocasiones en que otros doctores le dicen que hacer. Algunos alfas mayores siempre bromean que ruegan enfermar en el turno del lindo enfermero pelinegro. Es muy lindo, atento y amable.
Estaba a punto de terminar el turno, también vería a Jungkook de nuevo, pues el alfa iría por su dosis antes que termine.
Se siente aliviado, gracias a que pronto verá a los chicos, solo espera no encontrarse con su padre. Sigue en un debate mental, porque diablos él sabe que no es su obligación mantenerlos, pero son su familia, solamente se tienen a ellos mismos. Es por eso sigue ahorrando para poder alquilar algún día y mudarse. Pero la tan sola idea de estar alejado de Minsuk lastima su corazón.
Camina directo a la recepción escuchando cómo algunas de sus compañeras enfermeras hablan intentando susurrar.
—Lo guapo no le quita lo tonto, es decir, Jimin es omega promedio, nada especial, para nada de su clase. El señor Jeon debería revisarse los ojos y limpiarse los oídos. ¿Qué no ve a Jimin? Odio ese tipo de omegas que se hacen las moscas muertas para tener atención de los alfas.
La voz de la otra se escucha —Además, ¿qué es lo que le sucede al señor Jeon? De todos nosotros huía porque parecía que le causaba asco nuestro aroma, aroma que es mucho mejor para los alfas que el de Jimin. No lo entiendo.
Jimin da unos pasos atrás, su cabeza da vueltas. Traga su enojo y sus ojos se llenan de lágrimas gracias al gran coraje que siente.
Intenta salir de ahí antes de hacer un escándalo, gira y se topa con el cuerpo de Jungkook, quien tiene una mirada fría observando a esas omegas.
Las chicas perciben el potente aroma y voltean donde está el alfa con Jimin en brazos mientras lo conforta.
—Señor Jeon... —ellas balbucean nerviosas.
Jungkook suspira pesado —La próxima vez que escuche que estén hablando de Jimin de esa forma haré que las despidan, ¿entendido?
—Sí, señor... lo sentimos mucho —ambas se apresuran a irse.
Jungkook pone sus manos sobre los hombros de Jimin y lo escudriña —¿Estás bien?
—Sí, no hay de qué preocuparse. Es solo que debo respirar y no explotar.
—Tranquilo, ya pronto estarás en casa.
Jimin suspira y ambos se dirigen a una de las habitaciones para que Jungkook reciba la dosis, el omega repite el proceso para desinfectar el área y pide a al alfa respirar.
Segundos después termina y como de costumbre tiende una paleta a Jungkook por su buen comportamiento.
—Gracias, es lindo, pero creo que podríamos cambiar el premio para la próxima ocasión.
Jimin le observa extrañado —¿A qué te refieres exactamente? —inquiere con el ceño fruncido.
Jungkook sonríe —Una cita, una cita formal, como un omega y alfa, te diría que un beso en la mejilla, pero temo que me odiarías...
—¿Disculpa?
—Yo no quiero incomodar, pero en realidad deseo hacerlo. Me gustaría llevarte a comer o ir de paseo, lo que tú desees.
Jimin siente quedarse sin aire, suspira tocando sus muy sonrojadas mejillas —Yo no sé qué decir —carraspea.
—Di lo que sientes, si no quieres está bien, quizá sea en otro momento, eso no significa que yo vaya a cambiar o alejarme a menos que tú así lo desees.
—No, no, no es eso. Solo me causa sorpresa. A mí me encantaría salir contigo.
—Bien, eso es todo —Jungkook no puede dejar de sonreír—. Te mandaré algún mensaje para ponernos de acuerdo, por cierto te llevo a casa, tengo café y algo de avena para ti.
—Jungkook, por la luna.
—¿Qué? Debes alimentarte bien.
Jimin vira los ojos y sonríe —Me refería a lo de llevarme a casa y también con lo de la comida, no quiero molestar, en serio.
—Ya te dije que no es una molestia.
—Bien, solo deja que vaya por mis cosas y termine de entregar mis fichas a los del próximo turno.
Pasado los minutos salen del hospital, Jungkook ayuda a Jimin a entrar en el auto y se marchan. En el camino hablan de cosas referentes al trabajo. El alfa no puede dejar de sonreír al escuchar a Jimin. Tiene el deseo de saber más y conocer todo lo referente a él.
Baja del auto, y se despide con una tímida sonrisa. Jungkook espera a que Jimin entre y se marcha. Al pasar la puerta, suspira y pone su abrigo en el perchero. Observa a Minsuk llorando en la cocina, Daesun está frente a él con el rostro enfurecido. Al acercarse nota que su mejilla está roja y el alfa se tira para abrazarlo.
Cuando la omega ve a su hermano bufa —Lo que nos faltaba.
—¿Qué sucedió? —pregunta y Minsuk se acurruca más a él.
—Deja de consentirlo, es un jodido alfa, que actúe como uno.
—Daesun, detente ahora mismo —Jimin habla con autoridad.
—Tú no eres nadie para decirme o no que hacer —ella camina con brusquedad buscando algo de los gabinetes.
—Ya lo sé, pero te he dicho que respetes.
—No hay ni mierda para comer en este lugar... —Daesun busca en el refrigerador y los estantes sacando algunos frascos con especias y el preciado café de Jimin. Ese que después del aroma de Jungkook, es capaz de calmarlo.
—Si no te parece suficiente lo que hago, deberías buscar algo que hacer, ya que siempre te quejas de todo, estás a punto de ser mayor de edad, no apoyas en casa y sé perfectamente que hay cereal, algo de avena, leche y huevos en el refrigerador.
La omega lo ve con odio y se acerca un par de pasos pero retrocede —Hueles asqueroso, deja de faltarnos el respeto de esta forma, Jimin. Todo esto es tu maldita culpa, por ti mamá se fue y a causa de eso papá está como está, tienes a Minsuk tan mal que parece más un jodido omega. Solo le falta lubricar.
Jimin pasa al pequeño detrás de él y nota a Daebin acercarse muy seria —Pues tú deberías madurar un poco, solo la luna sabrá qué pasó con papá y mamá. Y Minsuk es perfecto como es, no quieras desquitarte con nosotros de tus problemas. Si fueras un poco inteligente hablarías con nosotros, que somos tu familia y trataríamos de resolver lo que pasa contigo, pero no permites que me acerque.
Daesun se gira y avienta los recipientes del estante —Ya me tienes harta, te odio, ¿por qué no te largas? Claro que es tu culpa, todo es tu culpa. Mamá no pudo contigo y por ti se marchó —Jimin siente una fuerte punzada al notar los vidrios del frasco de café, Daebin sabiendo lo importante que era va junto a Daesun y la toma fuerte del brazo para detenerla.
—Tú no sabes nada, Daesun. Absolutamente nada —Jimin habla serio, acercándose amenazante. Claro que sabía a perfección la razón de que su madre se haya marchado, ellos también lo sabían—. No sabes lo difícil que fue quedarme solo, tenía diez jodidos años... —dice con lágrimas a punto de caer de sus ojos.
Minsuk se sorprende del estado en que su hermano se encuentra —Un niño de diez años encargado de otras dos niñas y un bebé.
—Nadie te obligó, deja de sacarlo en cara.
—Nunca lo he sacado en cara, lo sabes perfectamente. He intentado hacer lo mejor para ustedes, lamento que no sea suficiente. Pero piensa en esto Daesun, ellos se fueron yo no. Ustedes son todo para mí y si tú no lo quieres ver es tu problema, es tu pensamiento, pero no me jodas.
Los tres menores se quedan callados, Jimin le da una última mirada a Daesun —Limpia eso ahora.
Daebin se acerca a ayudar a su hermana, aprovechando susurra —Te amo, pero eres una idiota.
Minsuk se acerca a Jimin para ayudarlo a empezar a preparar el desayuno. La puerta de la sala se abre y aparece su padre.
Los tres menores lo observan, Jimin ignora su presencia.
—Hola —saluda y se quedan extrañados, por lo regular él solamente gruñe y les da malas miradas.
Minsuk se va al lado de su hermano y las chicas responden. El alfa parpadea y se va a su habitación. Los tres comen y de nuevo Daesun sale antes, Jimin acompaña a los chicos hasta la puerta de la escuela y regresa a toda prisa para lavar la ropa y limpiar un poco.
Al entrar siente ganas de llorar al ver los pedazos de vidrio en el basurero, él amaba ese café, tanto que procuraba no consumir demasiado para tenerlo por un tiempo más.
Suspira cansado y empieza limpiando la sala, la cocina y el cuarto de junto que es donde los chicos hacen sus tareas. Lo bueno de todo es que ellos colaboran ayudando con algunas tareas.
Cuando debe subir a su habitación se extraña al ver a su padre arreglado. El alfa intenta decir algo, pero se arrepiente y sigue su camino.
Jimin niega, se podría decir que no le afecta en nada las actitudes de su padre. Él terminó de perder todo el cariño que un día sintió, y todo fue cuando era más pequeño y no sabía qué hacer con Minsuk, había enfermado de fiebre y las niñas lloraban al escuchar el llanto del bebé.
Fue una tarde caótica, hasta que su padre llegó y tomó a su hermanito para llevarlo al médico. Jimin estaba tan asustado que entró a la habitación de sus padres en búsqueda de su aroma. Necesitaba calmarse.
Se atrevió a abrir el armario donde su madre dejó algunas prendas de su abuela y otras de Haneul, tomó uno de sus suéteres para frotarlo en su rostro.
Perdió la noción del tiempo y se quedó completamente dormido. El sonido de la puerta de la habitación lo despertó. Era su padre con el rostro enfurecido. Lo tomó fuerte del brazo y lo aventó lejos de las prendas.
—Vas a apestarlas, ¿qué diablos te sucede? Por culpa tuya tu madre se largó y, aún así, ¿quieres arruinar lo único que tengo de ella?
Daebin y Daesun estaban tras la puerta.
—Lo siento, yo no...
—Cállate y largo de aquí —ruge fuerte y territorial. Jimin se apresura a salir en medio del llanto. Y corre a la habitación de su hermano notando las medicinas y el horario en que se debía de dar. Era una gripa.
Las niñas entraron y al final los tres terminaron durmiendo uno junto al otro en la pequeña cama de Minsuk.
Pasa la mañana con muchos recuerdos, se apresura a ir por sus hermanos. Daebin dice que Daesun se fue a hacer algunas tareas y que ella iría a la cafetería. Jimin se preocupa, pero una vez más ella lo tranquiliza.
A eso de las seis de la tarde las hermanas entran. Daebin viene con una bolsa del súper —Mi primer sueldo, es oficial —canturrea emocionada sacando las sopas, leche, algo de vegetales y carne.
Minsuk se alegra al ver las sopas, eran sus favoritas —No debiste Daebin —Jimin besa su frente.
—Sé que es muy poco comparado todo lo que se consume, pero algo es algo.
—Gracias, cariño.
Los cuatro deciden cocinar. Daesun muy a su pesar ayuda en preparar algo para beber. Jimin intenta entablar una conversación, pero ella lo ignora.
La puerta principal vuelve a abrirse y su padre aparece, luce nervioso y trae una bolsa de pan. Se acerca a ellos, no obstante, Minsuk busca de inmediato a Jimin para estar cerca de él, el alfa carraspea —¿Puedo sentarme con ustedes?
Esa pregunta los descoloca a todos, se quedan sorprendidos y es Daesun quien sonríe en grande y asiente —Claro, papá, toma asiento.
Después de servir todos comen en silencio. Lo único que se escucha es el sonido chocante de los platos y servidores. Ninguno se atreve a hablar. Terminan y dan las gracias. Su padre carraspea de nuevo luego de empujar la silla en su lugar —Estuvo muy rico, gracias.
—Esperamos que lo hagas con más regularidad, padre —Daesun comenta con algo de temor.
El alfa la observa —Por supuesto, yo lo haré —dice y sale sin decir nada más.
Jimin nota lo extraño en su padre. No quiere decir nada delante de sus hermanos, pero algo lo inquieta.
Al fin puede estar en cama, así que toma su celular para fijar la alarma y se golpea el rostro al ver mensajes de Jungkook. Responde de inmediato y empiezan una conversación.
Hablan de muchas cosas, en cómo estuvo su día, el clima y por alguna razón terminaron hablando de extraterrestres.
Jimin se sentía feliz. Al final quedaron en salir a desayunar en su próximo turno libre para que no se viera afectado el tiempo con sus hermanos.
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